RESEÑA

TUNDRA, DE ABI ANDREWS: EL SENTIDO DE LO SALVAJE

Enclavada en una gran anécdota mientras teje un subtexto que la desborda, esta novela debut, sensación de editoriales independientes alrededor del mundo, cuenta la historia de una chica que viaja desde un pequeño pueblo inglés hasta Alaska. Una versión ecofeminista y millennial de Thoreau, Jack London y otros tantos aventureros de montaña con historias narradas y protagonizadas por varones.

POR: MARÍA PAZ TIBILETTI

¿Cuándo comienza un viaje?, ¿por qué y para qué viajar? En Tundra (Chai Editora, 2020), la primera novela de la británica Abi Andrews, el viaje es una búsqueda de lo salvaje. La escritora, nacida en 1991, comenzó esta novela cuando hacía un curso de escritura creativa en la Universidad de Goldsmiths, en Londres, y hoy vive en una zona rural de Australia, donde trabaja en un grupo de rescate de animales y se prepara para publicar su segundo libro. Aunque las similitudes entre su debut literario y su propia vida invitan a pensar que se trata de una autobiografía, la autora se ha ocupado de aclarar una y otra vez que Erin Miller —la protagonista— es un personaje de ficción.

Tundra es una novela profundamente política y actual: combina la lucha feminista y la ambiental sin convertirse en ningún momento en un panfleto. Ese es quizás el gran logro de Andrews. En esta historia, lo político no aparece como un discurso asambleario ni en consignas repetidas, sino que es el motor que moviliza la trama.

Fascinada por las historias de los aventureros de montaña como Henry David Thoreau y Christopher McCandless —famoso por la película Into the wild (2007),dirigida por Sean Penn y basada en el libro Hacia rutas salvajes (1995), de Jon Krakauer, en los que se relata su historia—, Erin, la narradora, se pregunta qué pasaría si la protagonista de esas historias fuera una chica en vez de un varón. Entonces, decide viajar a Alaska. “Es como si hubiera algo importante que aprender en la naturaleza que solo es accesible a los hombres”, dice y resuelve salir a buscar ese algo por su cuenta.

La joven de 19 años se propone recorrer el Mar del Norte en un barco pesquero. Hace dedo en las rutas desiertas de Islandia, Groenlandia y Canadá hasta a la tundra ártica, convencida de que para merecer acceder a un destino realmente lejano hay que experimentar también la hazaña de llegar, como quien hace un peregrinaje religioso. “Viajaré por mar y tierra; será una odisea épica, solo que conmigo, una chica, en una búsqueda femenina de autenticidad”, declara.

A través de diversos registros, que van de la crónica al manifiesto político, pasando por el guion cinematográfico y las ilustraciones, Erin narra la travesía desde su pequeño pueblo inglés natal hasta Alaska. A lo largo de ese viaje, reflexiona sobre diversos temas como el feminismo, la soledad, la ciudad occidental, el cambio climático y la tecnología, y construye su propia versión ecofeminista (y millennial) de La llamada de lo salvaje (The call of the wild), la novela de 1903 del escritor estadounidense Jack London en la que un perro doméstico recupera sus instintos cuando es enviado a Alaska.

“Lo salvaje en las mujeres no significa autonomía y libertad; su lado salvaje es, en cambio, una fiebre irracional. Al mismo tiempo, en términos de supervivencia, somos el sexo débil y no podemos prosperar individualmente fuera de la esfera social o sin la protección de un hombre viril. Las mujeres somos excluidas de la naturaleza, pero también de la civilización, desterradas”, reflexiona. Andrews invita a pensar cuál es, entonces, el lugar de las mujeres en un mundo construido por y para los hombres, y por qué el hombre en la naturaleza es visto como fuerte —incluso, como un héroe—, mientras que la mujer en la naturaleza es vista como en peligro o con un rasgo de locura. La autora —a través de las reflexiones y la experiencia de Erin— traza un paralelismo entre el modo de dominación del hombre sobre la mujer y la dominación del hombre sobre la naturaleza.


¿Por qué viajar sola?, ¿por qué una mujer decide exponerse al peligro de lo salvaje?, ¿qué hace una mujer sola en la naturaleza? Las preguntas se repiten a lo largo de las casi 400 páginas de la novela en las que la protagonista se enfrenta a distintas batallas —con mayor o menor éxito— con el entorno, consigo misma y con los mandatos sociales que dictan cómo ser mujer. “¿Por qué estoy aquí y qué estoy buscando? Busco algo que para mí está perdido y oculto, pero todavía no sé bien qué es. Cuando lo encuentre, sé que estará roto y tendré que repararlo, pero tampoco sé cómo hacer eso”, le escribe la Erin viajera a la Erin de 16 años en una carta a sí misma que revela el motivo final de su viaje, y se responde: “saber que soy fuerte”. Lo que busca la joven, como tantas otras, es probarse a ella misma (a sus padres y a la sociedad) que, si quisiera, podría ser una mujer de las montañas.

La escritora Virginia Higa hizo la traducción al español de esta novela publicada originalmente en 2018 por Serpent’s Tail (Londres, Inglaterra) como The word for women is wilderness (“La palabra para mujer es desierto”) y eligió como título Tundra, que es el destino al que busca llegar, y vencer, la protagonista. Desde que salió la novedad debut de Abi Andrews, se publicó en alemán, francés y ahora en castellano, siempre por distintas editoriales independientes. A la Argentina llega a las librerías gracias a Chai Editora, una pequeña editorial de San Javier, Córdoba, que se dedica al descubrimiento y a la traducción de narrativa contemporánea de todo el mundo.

Tundra es una novela iniciática, un viaje hacia lo salvaje y el autodescubrimiento, pero también es de iniciación política desde el rincón más frío del mundo hasta el calor del feminismo. Con una mirada crítica del capitalismo, de la voracidad del hombre sobre la naturaleza y de lo que llama una “civilización cercenada”, la narradora recoge muchos de los debates actuales sobre ambiente y (mal)desarrollo para proponer una forma de vida que no esté basada en la violencia.

No se nace mujer, se llega a serlo. Erin lo sabe. Su viaje hacia lo salvaje es el viaje de una mujer hacia la adultez en el siglo XXI, con los interrogantes y temores que cualquier persona puede tener creciendo en un mundo que pareciera ser cada vez más incierto y hostil. No hace falta navegar en un barco pesquero ni enfrentarse a la más absoluta soledad para hacerse estos cuestionamientos. Y es desde ese lugar que la autora, con inteligencia y humor, logra la empatía y complicidad de quien lee.



Tundra (Chai Editora, 2020), de Abi Andrews.
Traducción: Virginia Higa.
Título original: The word for woman is wilderness.
Se consigue solo en formato físico.


ILUSTRACIONES: JORGE FANTONI
FOTO: VICKY CIOMO