RESEÑA

ESTÁS MUY CALLADA HOY, DE ANA NAVAJAS: EN DEFENSA DE LA VOZ PROPIA

La intimidad de esta primera persona es tan verosímil que se podría creer que la autora, en un acto de demencia exhibicionista, publicó su diario íntimo. Pero no. Es una detallada construcción literaria. Acá, el análisis minucioso de una novela genial.

POR: MARÍA MIRANDA

La historia que relata Ana Navajas en Estás muy callada hoy atrapa desde la primera página y lleva a quien lee a consumir con ritmo acelerado cada línea de ese diario ficcional en el que la protagonista-narradora desahoga sus pensamientos, enojos, tristezas, frustraciones y reflexiones.

“Hay ciertas cosas para las que idealmente uno necesita prescindir del público. Como cagar, como morir”, afirma la protagonista, como una revelación y conclusión a la que llega desde el inicio de la historia. A lo largo de esta primera novela, la autora regala minifrases dignas de ser remeras, con reflexiones sobre el paso del tiempo y los vínculos que se desgastan y se regeneran o, simplemente, mueren.

La trama está planteada desde el inicio: la muerte de su madre, una pérdida física que la protagonista asume superar, pero que atraviesa el texto de diferentes maneras y pone en evidencia la relación que supo construir con su familia, con sus amistades y con ella misma.

La narradora es de familia pudiente del litoral. La historia, como ella, va y viene entre su casa natal, su casa de la ciudad y la casa de sus suegros. Ningún lugar lo siente propio. La huida resulta una salida fácil, aunque de donde nunca puede escapar es de ella misma, como cuando dice: “Fumo un cigarrillo mirando el paredón gris de aire y luz de mi departamento. Parece un paredón de fusilamiento de lunes a la mañana. Pero es martes, no tengo de qué quejarme. Cómo voy a estar triste si lo tengo todo”.

Tiene hijos, un matrimonio de veinte años y dos profesiones: ama de casa y escritora. Tiene amistades superficiales, hermanos y un padre. Pero transita un vacío. “Cuando era chica no me gustaba estar sola. Pero de tanto estar sola, al final me acostumbré y ahora la gente me cansa. Estoy mal entrenada”, se excusa, a la vez que busca comprenderse y conocerse.

En cada capítulo, armando una polifonía interesante, Ana Navajas construye el silencio de una forma inteligente y, a través de los otros personajes, también va terminando de mostrar a la narradora. Otro punto a destacar es la dinámica familiar: la de la protagonista como madre, como esposa, como hija de su padre viudo, de su madre muerta y como hermana de su hermano y de su hermana. Y en esa dinámica, la autora pone con sutileza inteligente a la maternidad como punto de debate.

Es interesante la forma en la que Ana Navajas trabaja los diálogos y el modo en el que la historia viaja entre pasado y presente sin generar confusión. Aunque nunca se hunde en descripciones largas, la autora siempre brinda los detalles justos y necesarios para dejar ver escenarios y personajes.

La novela es breve en todos los sentidos. Tiene 143 páginas, capítulos pequeños, oraciones cortas y un ritmo ágil para la lectura. Pero no por eso es liviana. La voz narrativa es fuerte, seca, directa. Entre hilos mentales infinitos y conversaciones eternas de la narradora consigo misma, Ana Navajas teje una telaraña que no asfixia ni aburre, es más, deja a quien lee con preguntas para hacerle al texto, a la protagonista, que solo busca una cosa entre tanto ruido cotidiano: estar sola.

Estás muy callada hoy (Rosa Iceberg, 2019),
de Ana Navajas. Se consigue en físico y en digital.

ILUSTRACIÓN: PAULA MARIASCH
FOTO: GENTILEZA LUCÍA TORRES