Es licenciada en Ciencias de la Comunicación de la UBA, pero son muy reducidos los espacios en los que se define por su título de grado. Muy temprano se dio cuenta de que había que comer, por lo que se inclinó por rubros menos vistosos aunque mejor pagos. Escribe narrativa para poner en palabras imágenes que son recuerdos o inventos, que están a punto de escaparse de la memoria, que la hostigan y persiguen o no quiere dejar ir. Es hincha de Boca, humana de su gata Thelma y cumple años el mismo día que David Bowie, Elvis Presley y el Gauchito Gil. Esto último la define más que ninguna otra cosa en el mundo. 

UNA CLASE MAGISTRAL, UN RELATO DE ESTEFANÍA IÑIGUEZ

Un padre y una hija, aprender a conducir y todo lo que puede fallar. Presentamos a esta gran escritora hasta hoy inédita. Acá, un botón de muestra de su hilarante humor, a veces negro, siempre adorable, y la brillante sensibilidad que mueve sus mundos.