

Hoy ya no come nada que tenga ojitos y tal vez sea por eso que no puede parar de escribir sobre el tema. Pertenece a la vieja guardia del taller de narrativa Las Herramientas y ama el terror. Dice que, cómo todavía le quedan tantas cosas para conocer y hacer, si no le alcanzan los años va a tener que pedir algunos prestados.