BITÁCORA

PRESIENTO QUE ESTE ES EL COMIENZO DE UNA HERMOSA AMISTAD

No me suele gustar hablar en primera persona del plural. En general siento que excluye sin querer, cuando su intención suele ser la contraria. “Estamos en estado de felicidad”, podría enunciar ahora, pero ese “estamos” no deja claro el quiénes. Y, ante la duda, nadie se siente parte. Lo esquivo también porque en muchos otros casos me parece una sobreactuación de pertenencia que, en definitiva, no dice nada. Se vuelve tan intensa que queda vacía de contenido. Como un slogan. “Tenemos algo fabuloso para mostrar” es lo que evito decir por culpa del “tenemos”.

Renegarle a la primera del plural es un tic periodístico, pero también –porque me trasciende el periodismo– es algo neurótico, lo sé. En literatura, para mí, lo importante para narrar es el yo. La primera persona del singular no es un problema. Al contrario. O sí, tal vez lo es ahora porque está de moda eso mal llamado “literatura del yo” y entonces satura (además de que habilita muchas porquerías que deberían quedar en diarios íntimos). Pero me refiero a otra cosa.

Paso a primera, de hecho: yo creo que hay que estar presente en lo que se escribe. Un buen poema, cuento o novela siempre dice y devela una verdad, que no necesariamente tiene que ser la anécdota. Eso lo vuelve interesante. Un poco a partir de esa búsqueda al leer, y por supuesto al escribir, es que se fue armando DIGAN SUS ELOGIOS, un proyecto del que solo puedo hablar en primera del plural porque lo mueve un equipo que es una mafia positiva a la que se ingresa con amor y no se sale nunca más.

Por eso me encuentro absolutamente sorprendida, feliz, agradecida de sentirme parte de un “nosotres” como este. Nunca dije un “nos” tan real, del que me sintiera tan parte, sin rastro de duda. Así que puedo escribir que estamos en estado de felicidad. Y también que tenemos algo fabuloso para mostrar, que surge desde un camino que venimos recorriendo. Como lectoras y lectores, como escritoras y escritores. Para darle espacio a la literatura, a la que tiene verdad, la que está fuera de cualquier moda o slogan.

En plan de capturar un poco todo eso, aunque se diluya en el movimiento mismo que implica pensar, hacer, usar, compartir literatura es que planeamos la primera edición de DSE. Como si nosotres fuéramos Rick en Casablanca, y quienes lean fueran el capitán Renault, es que decimos: “Este es el comienzo de una hermosa amistad”.

Así que acá hay algunos poemas de Clara Muschietti, de su libro Podría llevar cierto tiempo, que nos conmueven y estamos felices de compartir. También tenemos un relato brillante de Estefanía Iñiguez, que además de ser inédito, la estrena como autora publicada, acá, ahora. Hay dos reseñas, la de Ultra Tumba, de Leonardo Oyola, por Darío Sosa, y la de Estás muy callada hoy, de Ana Navajas, por María Miranda. Porque son dos libros de los que se está hablando, pero que decidimos ver y analizar desde un costado sin vicios de crítica ni falsa academia. Además, inauguramos la sección de entrevistas para hablar de lecturas con personas que no se dedican a la literatura; en este caso es una charla con la samurai de ensaladas y el entrenamiento Paz Del Percio, que llevó adelante María Paz Tibiletti. Y cerramos con gatitos que narran cosas, entre otros los de Julián López y Vera Giaconi, porque el mundo sin gatitos nos parece que no tiene sentido.

Gracias por leer,

DANIELA PASIK
DIRECTORA EDITORIAL

ILUSTRACIÓN: PAULA MARIASCH