RESEÑA

ULTRA TUMBA, DE LEONARDO OYOLA: TRILOGÍA DIVINA DE
ZOMBIES, POP Y CÁRCEL

Queen, el sistema penitenciario argentino, una historia de amor y muertos vivos. Nadie más que él podría juntar estas cosas en un mismo universo y hacerlas funcionar. Acá un análisis tan exhaustivo como celebratorio de la última novela del autor matancero que cada día canta mejor.

POR: DARÍO SOSA

Un grupo de pibes –bastante complicados con la droga– decide caerle encima al tranza justo en el momento en que el tipo estaba con su amante, un policía. Esa historia le contaron a Leonardo Oyola, y es una buena historia. ¿Qué hizo con eso? Una novela del carajo. Se llama Ultra Tumba y es su último libro publicado, que en principio solo se había editado en formato digital, pero que ya está también disponible en físico para quien sea fetichista del papel.

La novela relata la historia de amor entre la Oreiro (presa) y la Turca Medina (policía) dentro de una cárcel argentina. Este es el primer acierto, llevar al romance prohibido a un lugar donde no pueda escapar, donde las miradas se multipliquen y casi no exista lo privado, un mundo en el que las convivencias forzadas pintan para largo. La decisión de Oyola no es caprichosa y se nota en la construcción del escenario y el lenguaje de la narradora y sus personajes, y que el autor conoce el universo del que habla; durante varios años fue invitado por colegas a presenciar y dictar talleres literarios en distintos penales.

Es domingo y en el patio de la Unidad Penitenciaria N.º 73, “La Chanchería”, se festeja el Día del Niño. Hay show en vivo de una banda de covers y el Sapo Pepe saluda a la nieta de la capa del penal. En el baño, una presa putea porque está descompuesta y se pierde los mejores temas, mientras otra se saca una selfie “poniendo trompita y en corpiño” para mandarle a su pareja. Escondidas en un cuartito, las protagonistas del amor prohibido se dicen que la cosa no da para más.

Oyola pone la tensión en el dolor silencioso de la Oreiro y la Turca, mientras va tentando a quien lee con otros personajes. El ambiente se oscurece poco a poco y de un momento para otro, ¡motín! Policías de rehenes, corridas, armas tumberas que muestran sus filos. Y cuando todo es un quilombo, ¿qué hace el autor? Trae a los pibes de la anécdota a patear la casilla del dealer buscando la merca, pero lo hace desde lo sobrenatural, plantando un ejército de zombies en medio de la guerra por el control de la cárcel.

Entre explosivos y dientes podridos, en un mundo donde desde el vamos no es fácil sobrevivir, el peligro copa la parada resignificando no solo el amor y la libertad, sino también la amistad y los códigos, temas recurrentes en la literatura de Oyola (por ejemplo, en Chamamé, su novela con alma de road movie, en la que la trama gira en torno a la traición).

“Ganás… perdés… Es el riego que debés tomar en el amor”. La última novela del escritor matancero está ordenada en 23 capítulos y cada uno tiene un título que va edificando la letra del hitazo de Queen It’s a Hard Life. Oyola usa esa estructura como si armara un disco doble conceptual, y cada capítulo fuera una canción con su historia, sonido, pulso y cadencia con los que completará a los personajes mientras nos hace correr, saltar, bailar y hasta calentarnos.

Dentro de la escritura del creador de Kryptonita (su anterior novela, adaptada al cine por Nicanor Loreti y también hecha serie con el título de Nafta Súper) se destaca su afición a la cultura pop. Así como usa el conocimiento que tiene sobre todo lo denunciable del sistema carcelario argentino para construir Ultra Tumba, también pone al servicio de esta ficción su bagaje cultural de los 80, 90 –y 2000 también– a favor de la construcción de los personajes. Las protagonistas son tan distintas entre sí como lo son la Mujer Biónica de Ricky Martin o Justin Bieber.

Ultra Tumba es una gran novela por su potencia visual (por favor, que alguien haga la película). Aun en los momentos en que la historia se mueve a la velocidad que le inyectan los diálogos, el autor construye al mismo ritmo los cuerpos de sus personajes y los lugares por donde circulan. Siempre con un ojo puesto en las luces y las temperaturas de acuerdo avanza el día y la respiración de cada una de las protagonistas.

Las coreografías que dibujan los cuerpos durante las peleas finales son espectaculares y equilibradas, como también lo son el uso del humor, del terror y de la sangre que por momentos chorrea de las páginas. A eso, al menos yo, también lo pongo del lado de los elogios.

Ultra Tumba (Random House, 2020),
de Leonardo Oyola.
Se consigue en físico y en digital.

ILUSTRACIÓN: PAULA MARIASCH
FOTO: VICKY CUOMO