RESEÑA

LA OTRA HIJA, DE SANTIAGO LA ROSA: EN EL NOMBRE DEL PADRE

Un thriller existencial, corrido de lugar, sin crímenes, construido a través del viaje introspectivo de un joven que acaba de tener un bebé. A partir de la búsqueda de una historia, la propia, más allá de su pasado familiar, incluso en la prehistoria de su llegada al mundo, va develándose la pregunta que tensa la trama: ¿quiénes fueron las personas que nos criaron?, ¿quiénes somos cuando criamos a alguien? 

POR: DARÍO SOSA

Un hombre recibe la noticia de que va a ser abuelo. Primero se sorprende, luego brinda emocionado y cuando se confirma que va a ser una nena el desconcierto deviene en incredulidad. Más tarde, antes de que la nieta empiece a caminar, el abuelo desaparece de la vida familiar. La otra hija (Sigilo, 2021), la nueva novela de Santiago La Rosa, es la historia del hijo abandonado, padre reciente, que intenta entender el motivo de ese alejamiento.

El protagonista, de 28 años, es psicólogo, lector y le gusta, aunque le cuesta, escribir. Cuando nace Luna, su primera hija, le empieza a pasar lo que a tanta gente: tiene miedo a que le suceda algo malo. Con ese temor paterno, desde el comienzo de la novela el autor —también director de CHAI Editora, fundada en 2019 en San Javier, Córdoba, dedicada a descubrir y traducir narrativa contemporánea— va construyendo la tensión de una trama intrincada, pero fácil de seguir. La elección de la primera persona y la sencillez elegante de la escritura favorecen esta historia, en la que no faltan los giros y en la que el autor logra un ritmo intenso y no menos reflexivo.

El narrador, de quien nunca se devela el nombre, viaja con su familia a las sierras buscando paz. Lee a orillas de un río cuando lo sorprende un grito. La amenaza inminente: cree que su hija otra vez está en peligro. “Lo que habíamos celebrado tanto, el aire limpio, los animales, el camino que aislaba con kilómetros de pozos y piedras, el pueblo chico que cerraba a la hora de la siesta y que apenas tenía un almacén, de pronto se había vuelto una trampa”, dice, agitado, ante el susto.

De vuelta a la ciudad, con su hija sana y salva, y el cansancio del accidente que no fue, en un intento de decodificar sus temores, encuentra finalmente la motivación para escribir, pero eso también lo hace tropezar con el fantasma de ese padre ausente. “Nunca lo vi dudar, no tenía miedo”, dice y se lamenta que ese hombre, que tenía una respuesta para todo, ya no esté. Se fue de su casa sin dar explicaciones, solo dejó una grabación en la que una voz desconocida relata la carta astral de Luna y profetiza un destino complicado.  

Este chico asustando por el devenir de su hija no sale a buscar a su padre, sino que intenta entender por qué se fue, quién es y, principalmente, quién fue. Lo primero que aflora, entonces, es el recuerdo de la familia que tuvo antes de él. La otra hija, su madre y la muerte de ambas, en la prehistoria de su propia infancia oscurecida por el silencio y la falta del principal testigo.

La Rosa construye esta novela como un policial extraño. No hay un crimen que resolver, no hay un cuerpo desaparecido o delincuente inhallable, tampoco hay un detective, ni periodista o investigador privado. Hay un hijo, padre reciente, que busca una historia. Habla con gente que le cuenta versiones cruzadas sobre el pasado y la imagen de su padre tambalea. “Su vida eran historias que no se tocaban”, reflexiona.

La búsqueda de testimonios para reconstruir la figura de una imagen paterna podría conversar con El silencio es un cuerpo que cae, el documental de Agustina Comedi de 2017. Pero la diferencia es que acá, en la novela, el padre del protagonista no está muerto ni dejó grabaciones o registros que puedan servir para tejer un mapa, “No quedaban fotos que contaran una historia”, dice el narrador, perdido.

¿Cuánto se le puede perdonar a un padre? Es una de las tantas preguntas que podrían aparecer al avanzar en esta historia. Pero la pregunta clave que sobrevuela el libro y, sin duda, aparecerá en cualquiera que lea es: ¿quiénes fueron las personas que nos criaron? La búsqueda de esta respuesta es dolorosa, y al protagonista además lo acompañan los temores por su hija, los miedos referidos a su rol como padre, la posibilidad latente de repetir errores y el peligro de conocer una verdad que quizá sea demasiado tremenda.

Como en su novela anterior, Australia (Metalúcida, 2016), La Rosa indaga sobre la paternidad, la herencia y el cuidado. Lo vuelve a hacer desnudando a los personajes, mostrando no solo sus miedos y contradicciones, sino también sus lados más íntimos, oscuros: “Mientras la veía alejarse con sus pasitos cortos pensé en lo fácil que sería atraparla, revolearla contra la cama, darle una cachetada que la calmara”, narra el protagonista y ahí, cuando el padre que teme por su hija se transforma en temerario, es cuando la alarma de la herencia grita más fuerte. Y encontrar respuestas se vuelve más necesario. 

La otra hija, de Santiago La Rosa.
Editorial Sigilo, 2021.
251 páginas.
Se consigue solo en formato físico.